Los fantasmas de Talcahuano
* Al caminar por las calles porteñas se huele una nostalgia en cada rincón, en cada lugar.
Heraldo Domínguez
“¿Qué hay de interesante en Talcahuano?”, preguntó una vez un gringo que recién descendía de un crucero. Enseguida uno piensa en destinos como el Huáscar, la Tortuga, el paseo Blanco Encalada, entre otros.
Pero qué pasa con aquellos lugares que si bien no corresponden al ámbito netamente turístico, son parte importante en la historia de Talcahuano y ahora no son más que un montón de estructuras olvidadas, abandonadas e incluso demolidas, como lo fue el mítico Castillo del Diablo.
Las historias que nos cuentan los abuelos se refieren a las épocas en que caminaban por la plaza rumbo al cine y gozaban de las playas y vida sana del puerto, que no tienen ninguna relación con la actividad cultural y de entretención en el Talcahuano actual, es por ello que lo que haremos no será rememorar brevemente aquellos tiempos en algunos edificios insignes de esa época.
¿Y qué de aquellas edificaciones?
Radio Almirante Latorre. La tecnología llegó y con ella, en 1933, la Radio Almirante Latorre. Ubicada en Aníbal Pinto 250 comenzó a funcionar con sus tres estudios. Fue concebida en el conciente de la comunidad como una radio cuya función social no era sólo de entretener, ya que, además de lo anterior, se utilizaba como un correo mensajero, por medio de la cual se entregaba información sobre los nacimientos, horarios de llegadas del tren, recados varios, entre otros. Seguramente para quienes disfrutamos de los adelantos tecnológicos como teléfonos celulares e Internet nos sea muy difícil comprender la importancia de la radio en este aspecto, aunque bastaría de realizar un viaje hacia algunos lugares que todavía mantienen la radio como un medio de comunicación entre los habitantes, como lo fue el caso de la radio en Chaitén y su tan emblemático caso de Bernardo Riquelme, un verdadero comunicador social. Además de este rol, la época y muchas de las personalidades que visitaron los estudios de la radio marcaron un hito histórico, como es el caso de Aída Garcés, quien posteriormente fuera una de las fundadoras de TUC. Participó en varios encuentros de radioteatros, de alta sintonía en la comunidad. Al parecer, con la vuelta de la democracia y los avances de los medios de comunicación, junto con algunos problemas administrativos, la radio cesó sus transmisiones. Actualmente el edificio se encuentra en manos de la Asociación de Empleados Municipales de Talcahuano, organización que ha mantenido su estructura original, bastante firme por lo demás; y prontamente iniciará la construcción de un auditorio en el primer piso.
Teatro Dante. La producción cinematográfica comenzó a despertar el quehacer cultural de la zona. El cine Mexicano y el Western eran temas del desayuno y sobremesa. Como una forma de acercar este arte a la gente, a mediados del Siglo XX se inició una importante edificación de teatros en la zona, lo cual benefició a la población, El teatro Dante se construyó en 1954, tras obtener los permisos municipales respectivos. El arquitecto, el señor Carlos Miranda, trabajaba para la empresa Teatro Lama, cuya oficina central se ubicaba en Aníbal Pinto 101. Hace poco tiempo, la gestión por la recuperación del teatro iniciada por el alcalde de Talcahuano, señor Abel Contreras Bustos, dio sus primeros frutos. Al respecto, se ñaló que en el Ministerio del Cultura se aprobaron los recursos para la compra del Teatro Dante, ubicando, lo que se concretará en un plazo de dos meses aproximadamente. Este recinto estará dedicado a la cultura y al desarrollo de las artes, “convirtiéndolo en un orgullo para los choreros”
Teatro Colón. Tiempo después de terminado el teatro Dante, la misma empresa dio inicio a construcción del Gran teatro Colón, ubicado en Colón 1374. La obra estuvo a cargo del arquitecto Enrique Bañados. Con terminaciones de mármol reconstituido, y una galería para aproximadamente 500 personas, este edificio se usaba normalmente para los ciclos de cine, cuando por el valor de una entrada veías dos películas. Actualmente, esta construcción no es más que un edificio en ruinas, pero en una entrevista exclusiva, el nuevo dueño, Alfredo Vargas, manifestó que si bien la actividad cultural en Talcahuano fue muy rica en esa época, la ciudad porteña nunca se ha destacado por tener una muestra cultural intensa. Vargas, además señaló que el proyecto de edificación en el espacio físico comprenderá una edificación a corto y a largo plazo. La primera comprende una construcción de un sauna, en tanto que la segunda será un restaurante y centro de eventos en los pisos superiores.
Olor a nostalgia
Al caminar por las calles de Talcahuano, se huele una nostalgia en cada rincón, en cada lugar que está cayéndose. Una sonrisa surge en cualquier persona que vivió la época de antaño y menciona con mucho agrado la actividad turística, recreativa y cultural de la comuna. La historia la constituyen las personas de una comunidad, esa afirmación es tan certera, porque al no existir antecedentes históricos en el municipio, ni en la biblioteca, sólo queda la información que vive en la mente de los habitantes, que es lo que importa en definitiva. De hecho, además de estas construcciones concebidas como parte de la entretención porteña, podemos destacar La tortuga y el estadio El Morro en el ámbito deportivo, aunque también se nombran de una manera mítica, fantasmagórica otros teatros, de los cuales no hay registros, como lo son "El Imperio" en la esquina de Bilbao con Colón, "El Esmeralda" en Bulnes entre Colón y Blanco y "El Real". Es de esperar que surjan más proyectos destinados a recuperar aquéllos fantasmas de una época florida del puerto, como parte de un intento por viajar en el tiempo hacia los orígenes.
Pero qué pasa con aquellos lugares que si bien no corresponden al ámbito netamente turístico, son parte importante en la historia de Talcahuano y ahora no son más que un montón de estructuras olvidadas, abandonadas e incluso demolidas, como lo fue el mítico Castillo del Diablo.
Las historias que nos cuentan los abuelos se refieren a las épocas en que caminaban por la plaza rumbo al cine y gozaban de las playas y vida sana del puerto, que no tienen ninguna relación con la actividad cultural y de entretención en el Talcahuano actual, es por ello que lo que haremos no será rememorar brevemente aquellos tiempos en algunos edificios insignes de esa época.
¿Y qué de aquellas edificaciones?
Radio Almirante Latorre. La tecnología llegó y con ella, en 1933, la Radio Almirante Latorre. Ubicada en Aníbal Pinto 250 comenzó a funcionar con sus tres estudios. Fue concebida en el conciente de la comunidad como una radio cuya función social no era sólo de entretener, ya que, además de lo anterior, se utilizaba como un correo mensajero, por medio de la cual se entregaba información sobre los nacimientos, horarios de llegadas del tren, recados varios, entre otros. Seguramente para quienes disfrutamos de los adelantos tecnológicos como teléfonos celulares e Internet nos sea muy difícil comprender la importancia de la radio en este aspecto, aunque bastaría de realizar un viaje hacia algunos lugares que todavía mantienen la radio como un medio de comunicación entre los habitantes, como lo fue el caso de la radio en Chaitén y su tan emblemático caso de Bernardo Riquelme, un verdadero comunicador social. Además de este rol, la época y muchas de las personalidades que visitaron los estudios de la radio marcaron un hito histórico, como es el caso de Aída Garcés, quien posteriormente fuera una de las fundadoras de TUC. Participó en varios encuentros de radioteatros, de alta sintonía en la comunidad. Al parecer, con la vuelta de la democracia y los avances de los medios de comunicación, junto con algunos problemas administrativos, la radio cesó sus transmisiones. Actualmente el edificio se encuentra en manos de la Asociación de Empleados Municipales de Talcahuano, organización que ha mantenido su estructura original, bastante firme por lo demás; y prontamente iniciará la construcción de un auditorio en el primer piso.
Teatro Dante. La producción cinematográfica comenzó a despertar el quehacer cultural de la zona. El cine Mexicano y el Western eran temas del desayuno y sobremesa. Como una forma de acercar este arte a la gente, a mediados del Siglo XX se inició una importante edificación de teatros en la zona, lo cual benefició a la población, El teatro Dante se construyó en 1954, tras obtener los permisos municipales respectivos. El arquitecto, el señor Carlos Miranda, trabajaba para la empresa Teatro Lama, cuya oficina central se ubicaba en Aníbal Pinto 101. Hace poco tiempo, la gestión por la recuperación del teatro iniciada por el alcalde de Talcahuano, señor Abel Contreras Bustos, dio sus primeros frutos. Al respecto, se ñaló que en el Ministerio del Cultura se aprobaron los recursos para la compra del Teatro Dante, ubicando, lo que se concretará en un plazo de dos meses aproximadamente. Este recinto estará dedicado a la cultura y al desarrollo de las artes, “convirtiéndolo en un orgullo para los choreros”
Teatro Colón. Tiempo después de terminado el teatro Dante, la misma empresa dio inicio a construcción del Gran teatro Colón, ubicado en Colón 1374. La obra estuvo a cargo del arquitecto Enrique Bañados. Con terminaciones de mármol reconstituido, y una galería para aproximadamente 500 personas, este edificio se usaba normalmente para los ciclos de cine, cuando por el valor de una entrada veías dos películas. Actualmente, esta construcción no es más que un edificio en ruinas, pero en una entrevista exclusiva, el nuevo dueño, Alfredo Vargas, manifestó que si bien la actividad cultural en Talcahuano fue muy rica en esa época, la ciudad porteña nunca se ha destacado por tener una muestra cultural intensa. Vargas, además señaló que el proyecto de edificación en el espacio físico comprenderá una edificación a corto y a largo plazo. La primera comprende una construcción de un sauna, en tanto que la segunda será un restaurante y centro de eventos en los pisos superiores.
Olor a nostalgia
Al caminar por las calles de Talcahuano, se huele una nostalgia en cada rincón, en cada lugar que está cayéndose. Una sonrisa surge en cualquier persona que vivió la época de antaño y menciona con mucho agrado la actividad turística, recreativa y cultural de la comuna. La historia la constituyen las personas de una comunidad, esa afirmación es tan certera, porque al no existir antecedentes históricos en el municipio, ni en la biblioteca, sólo queda la información que vive en la mente de los habitantes, que es lo que importa en definitiva. De hecho, además de estas construcciones concebidas como parte de la entretención porteña, podemos destacar La tortuga y el estadio El Morro en el ámbito deportivo, aunque también se nombran de una manera mítica, fantasmagórica otros teatros, de los cuales no hay registros, como lo son "El Imperio" en la esquina de Bilbao con Colón, "El Esmeralda" en Bulnes entre Colón y Blanco y "El Real". Es de esperar que surjan más proyectos destinados a recuperar aquéllos fantasmas de una época florida del puerto, como parte de un intento por viajar en el tiempo hacia los orígenes.
1 comentario:
La fotografía corresponde al teatro "GRAN COLON"...
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